De lo oculto a lo cool: La evolución de los gustos geeks

En décadas pasadas, ser un "geek" era sinónimo de ser diferente, incomprendido y, a menudo, de sentirse avergonzado por los propios intereses. Las personas que se dedicaban a hobbies como los cómics, los videojuegos o las series de ciencia ficción solían ser vistas como un grupo marginal. Sin embargo, la percepción social ha cambiado drásticamente en los últimos años, y hoy en día estos intereses no solo son aceptados, sino que se celebran como parte de una cultura global.

Uno de los principales catalizadores de este cambio fue la masificación de las franquicias geek a través del cine y la televisión. Películas como El Señor de los Anillos y Harry Potter, seguidas de la irrupción de los universos cinematográficos de Marvel y DC, trajeron consigo una nueva forma de ver a los fanáticos. Los cómics, antes relegados a un nicho de lectores, se convirtieron en grandes éxitos de taquilla, llevando el "geek" al centro de la conversación cultural.

A medida que las redes sociales fueron tomando más protagonismo, los geeks encontraron un espacio donde compartir sus pasiones sin el miedo al juicio. Plataformas como Twitter, Instagram y YouTube se convirtieron en puntos de encuentro para fanáticos de todo el mundo. Además, figuras como YouTubers y streamers especializados en videojuegos, películas y cultura pop comenzaron a construir una audiencia masiva, mostrando que ser geek no solo era una forma de vida, sino también una oportunidad de crear contenido y, en muchos casos, convertirlo en una carrera profesional.

Hoy en día, los geeks son más que una subcultura: son una parte integral del panorama cultural global. Las convenciones de cómics, los eSports y las colecciones de figuras de acción no solo atraen a fanáticos de siempre, sino que también convocan a personas de todo tipo de edades y procedencias. El "geek" ahora está en todas partes, desde las grandes películas de Hollywood hasta las mejores series de televisión, pasando por los avances tecnológicos. Ser geek ya no es algo de lo que avergonzarse, sino una verdadera tendencia cultural que sigue creciendo y evolucionando.